La última cosa que Abu Mohammed al-Najjar quiere es que Israel sucumba a la presión de Estados Unidos y Europa y detenga la construcción en los asentamientos
Según el trabajador de 58 años, congelar la construcción sería un desastre no sólo para él y su familia, sino para miles de otros palestinos que trabajan en varios asentamientos en el.
Por supuesto, esto no significa que ellos apoyen la política de Israel de construcción en los asentamientos. Para ellos es simplemente una cuestión que les permite mantener a sus familias.
"No me importa qué es lo que dicen o hacen los dirigentes", al-Najjar le dijo a Jerusalem Post en uno de los nuevos sitios en construcción en Ma'aleh Adumim. "Necesito alimentar a mis siete hijos y es todo lo que me interesa por ahora".
El fenómeno de palestinos construyendo nuevos hogares para judíos en realidad no es nuevo. De hecho, trabajadores palestinos han estado en el negocio de la construcción desde el primer día en que comenzaron los asentamientos en el West Bank.
Hoy, los funcionarios de la Autoridad Palestina estiman en más de 12.000 los palestinos que están empleados por contratistas palestinos y judíos para construir nuevas casas en los asentamientos.
En algunos casos los palestinos han encontrado trabajo en asentamientos ubicados cerca de sus pueblos y ciudades.
Jamal Abu Sharikheh, 27, del pueblo de Bet Ur al-Tahta, ha estado trabajando como obrero de la construcción en Givat Ze'ev en los últimos tres años.
Cuando se le preguntó si había tenido algún problema construyendo casas en los asentamientos en un momento en que la comunidad internacional le estaba exigiendo a Israel congelar los trabajos de construcción, el padre de cuatro niños dijo que estaba tratando de mantener a su familia "de una forma digna."
Él y la mayoría de los trabajadores entrevistados por el Post en las últimas semanas dijeron que nunca estuvieron bajo presión por parte de otros palestinos para mantenerse fuera del trabajo en los asentamientos.
"Si ellos quieren que dejemos nuestro trabajo nos deberían ofrecer una alternativa", dijo Abu Sharikheh. "No venimos a trabajar en los asentamientos por razones ideológicas o porque apoyemos el movimiento de los asentamientos. Venimos porque nuestros gobiernos palestinos y árabes no han hecho nada para proveernos de mejores trabajos."
En Ma'aleh Adumim, la mayoría de los obreros palestinos dijeron que no tienen problema en revelar sus identidades.
"No estamos haciendo nada malo" explicó Ibrahim Abu Tair (42) padre de ocho hijos, del pueblo de Um Tuba, al sudeste de Jerusalem, "No somos colaboradores ni tampoco terroristas. Sólo queremos trabajar."
Dijo que durante la primera intifada, que empezó a finales de 1987, algunos grupos palestinos trataron de impedir a palestinos que se dirigieran a trabajar en los asentamientos.
"Al principio hubo amenazas y asaltos físicos a algunos trabajadores, pero más tarde los lideres de la intifada se dieron cuenta que privar a los obreros de ganarse la vida tendría sobre los palestinos el efecto de un boomerang. Por eso les permitieron a los obreros ir a trabajar a los asentamientos."
Inclusive hoy la Autoridad Palestina no objeta que ellos trabajen allí aunque sus representantes dicen que desearían verlos trabajar en cualquier otra parte.
"No podemos decirles a los trabajadores que se queden en casa sin darles soluciones", admitió un funcionario palestino de Ramallah. "Estamos hablando de miles de familias en el West Bank que sólo tienen esa fuente de ingreso."
Algunos obreros dicen que boicotear los trabajos en los asentamientos será inefectivo y sin sentido, porque sus empleadores no tendrían problemas en reemplazarlos con chinos u otros trabajadores extranjeros.
"Fíjese cuantos trabajadores extranjeros hay dentro de Israel hoy", se quejó Jawdat Uwaisat, 44, del pueblo de Sawahreh en el área de Belén. "Hay cerca de 15.000 obreros de diferentes países que han tomado nuestros lugares de trabajo dentro de Israel. Ellos están trayendo trabajadores inclusive desde Tailandia y Turquía."
Dijo que él y sus compañeros que trabajan para los israelíes ganan casi tres veces más de lo que recibirían por el mismo trabajo de parte de compañías de construcción palestinas.
Los empleadores palestinos nos pagan de 100 a 150 NIS (4NIS = 1$) por día, dijo Uwaisat, y en contraste, las compañías israelíes pagan entre 350 y 450 por día. Por eso nosotros preferimos trabajar para las compañías israelíes, inclusive si las construcciones son en los asentamientos".
También agregó que palestinos que apoyan a Hamás y a la jihad islámica están empleados como trabajadores de la construcción en los asentamientos.
"Conozco gente de Hamás que trabajan como obreros de la construcción en Ariel", dijo. "Cuando la gente quiere alimentar a sus hijos no lo piensa dos veces."
Mientras que la mayoría de los obreros le dijeron al Post que se oponen a los asentamientos, aunque estresados, continuarán yendo a trabajar todos los días.
"Si usted ve cuán grandes son estos asentamientos, entenderá por qué la charla de una solución de dos estados no tiene sentido" comentó Iyad Mansour, 55, del campo de refugiados Kalandia, quien ha estado trabajando en Ma'aleh Adumim durante los últimos tres años."
"Estos asentamientos están creciendo día a día a paso rápido" dijo. "Un día usted ve una tierra vacía, al día siguiente usted verá nuevos edificios. Ellos son verdaderamente rápidos para planear y construir. Pero, ¿quién sabe? Quizá estos asentamientos algún día se convertirán en hogares para los refugiados palestinos".
Fuente:taringa.net
Según el trabajador de 58 años, congelar la construcción sería un desastre no sólo para él y su familia, sino para miles de otros palestinos que trabajan en varios asentamientos en el.
Por supuesto, esto no significa que ellos apoyen la política de Israel de construcción en los asentamientos. Para ellos es simplemente una cuestión que les permite mantener a sus familias.
"No me importa qué es lo que dicen o hacen los dirigentes", al-Najjar le dijo a Jerusalem Post en uno de los nuevos sitios en construcción en Ma'aleh Adumim. "Necesito alimentar a mis siete hijos y es todo lo que me interesa por ahora".
El fenómeno de palestinos construyendo nuevos hogares para judíos en realidad no es nuevo. De hecho, trabajadores palestinos han estado en el negocio de la construcción desde el primer día en que comenzaron los asentamientos en el West Bank.
Hoy, los funcionarios de la Autoridad Palestina estiman en más de 12.000 los palestinos que están empleados por contratistas palestinos y judíos para construir nuevas casas en los asentamientos.
En algunos casos los palestinos han encontrado trabajo en asentamientos ubicados cerca de sus pueblos y ciudades.
Jamal Abu Sharikheh, 27, del pueblo de Bet Ur al-Tahta, ha estado trabajando como obrero de la construcción en Givat Ze'ev en los últimos tres años.
Cuando se le preguntó si había tenido algún problema construyendo casas en los asentamientos en un momento en que la comunidad internacional le estaba exigiendo a Israel congelar los trabajos de construcción, el padre de cuatro niños dijo que estaba tratando de mantener a su familia "de una forma digna."
Él y la mayoría de los trabajadores entrevistados por el Post en las últimas semanas dijeron que nunca estuvieron bajo presión por parte de otros palestinos para mantenerse fuera del trabajo en los asentamientos.
"Si ellos quieren que dejemos nuestro trabajo nos deberían ofrecer una alternativa", dijo Abu Sharikheh. "No venimos a trabajar en los asentamientos por razones ideológicas o porque apoyemos el movimiento de los asentamientos. Venimos porque nuestros gobiernos palestinos y árabes no han hecho nada para proveernos de mejores trabajos."
En Ma'aleh Adumim, la mayoría de los obreros palestinos dijeron que no tienen problema en revelar sus identidades.
"No estamos haciendo nada malo" explicó Ibrahim Abu Tair (42) padre de ocho hijos, del pueblo de Um Tuba, al sudeste de Jerusalem, "No somos colaboradores ni tampoco terroristas. Sólo queremos trabajar."
Dijo que durante la primera intifada, que empezó a finales de 1987, algunos grupos palestinos trataron de impedir a palestinos que se dirigieran a trabajar en los asentamientos.
"Al principio hubo amenazas y asaltos físicos a algunos trabajadores, pero más tarde los lideres de la intifada se dieron cuenta que privar a los obreros de ganarse la vida tendría sobre los palestinos el efecto de un boomerang. Por eso les permitieron a los obreros ir a trabajar a los asentamientos."
Inclusive hoy la Autoridad Palestina no objeta que ellos trabajen allí aunque sus representantes dicen que desearían verlos trabajar en cualquier otra parte.
"No podemos decirles a los trabajadores que se queden en casa sin darles soluciones", admitió un funcionario palestino de Ramallah. "Estamos hablando de miles de familias en el West Bank que sólo tienen esa fuente de ingreso."
Algunos obreros dicen que boicotear los trabajos en los asentamientos será inefectivo y sin sentido, porque sus empleadores no tendrían problemas en reemplazarlos con chinos u otros trabajadores extranjeros.
"Fíjese cuantos trabajadores extranjeros hay dentro de Israel hoy", se quejó Jawdat Uwaisat, 44, del pueblo de Sawahreh en el área de Belén. "Hay cerca de 15.000 obreros de diferentes países que han tomado nuestros lugares de trabajo dentro de Israel. Ellos están trayendo trabajadores inclusive desde Tailandia y Turquía."
Dijo que él y sus compañeros que trabajan para los israelíes ganan casi tres veces más de lo que recibirían por el mismo trabajo de parte de compañías de construcción palestinas.
Los empleadores palestinos nos pagan de 100 a 150 NIS (4NIS = 1$) por día, dijo Uwaisat, y en contraste, las compañías israelíes pagan entre 350 y 450 por día. Por eso nosotros preferimos trabajar para las compañías israelíes, inclusive si las construcciones son en los asentamientos".
También agregó que palestinos que apoyan a Hamás y a la jihad islámica están empleados como trabajadores de la construcción en los asentamientos.
"Conozco gente de Hamás que trabajan como obreros de la construcción en Ariel", dijo. "Cuando la gente quiere alimentar a sus hijos no lo piensa dos veces."
Mientras que la mayoría de los obreros le dijeron al Post que se oponen a los asentamientos, aunque estresados, continuarán yendo a trabajar todos los días.
"Si usted ve cuán grandes son estos asentamientos, entenderá por qué la charla de una solución de dos estados no tiene sentido" comentó Iyad Mansour, 55, del campo de refugiados Kalandia, quien ha estado trabajando en Ma'aleh Adumim durante los últimos tres años."
"Estos asentamientos están creciendo día a día a paso rápido" dijo. "Un día usted ve una tierra vacía, al día siguiente usted verá nuevos edificios. Ellos son verdaderamente rápidos para planear y construir. Pero, ¿quién sabe? Quizá estos asentamientos algún día se convertirán en hogares para los refugiados palestinos".
Fuente:taringa.net
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