En 1986, mientras preparaba la mudanza del hogar familiar en Chamberí, Patricia Martínez de Vicente encontró un enigmático diario cuya portada sólo mostraba una fecha: 1942. En el interior pudo leer unas notas escritas en inglés por su difunto padre, y cuyo críptico contenido despertó sus sospechas, azuzadas por las vagas explicaciones maternas. Dos décadas después, Martínez de Vicente resuelve el misterio con 'La clave Embassy', el relato de una historia tan asombrosa como conmovedora.
Lalo Martínez era un gallego (en el sentido étnico de la palabra) sin filiación política en una época donde la imparcialidad se antojaba sospechosa. Educado a la inglesa, médico de la embajada británica en Madrid desde el final de la Guerra Civil, Lalo era... un señorito. Sin embargo, su frívolo estilo de vida apenas escondía su vocación de héroe.
Tal y como expresa su hija y autora del libro en entrevista con elmundo.es, "Lalo fue el iniciador de las rutas de evacuación clandestinas constituidas por el Servicio Secreto británico, el MI6. Antes de que estuviesen debidamente organizadas, él abrió esas vías de escape para los perseguidos por el nazismo".
La aventura arranca en Embassy, salón de té 'pera' en el Madrid de posguerra y que aún pervive en la intersección de Castellana con Ayala. Margarita Taylor, fundadora del salón, era la anfitriona de las sofisticadas reuniones sociales que camuflaban las conversaciones entre agentes de la Inteligencia británica.
Embassy funcionaba como tapadera. Burlando la vigilancia de la Gestapo y las autoridades franquistas (neutrales sobre el papel, germanófilas en realidad), Taylor alojaba a los refugiados que Lalo y sus compañeros evacuaban más tarde hacia el extranjero. El médico vigués también acogía a esos fugitivos del Tercer Reich en su piso de Madrid, e incluso en su residencia gallega en La Portela, desde donde facilitaba su escapada a Portugal.
Lalo ideó una ruta de escape desde el campo de concentración de Miranda de Ebro
Galicia era además la penúltima fase de una ruta de escape ideada por Lalo y que nacía en el campo de concentración de Miranda de Ebro. El régimen franquista retenía allí no solo a prisioneros de la Guerra Civil, sino a cientos de refugiados judíos, en su mayoría checos y polacos. Lalo aprovechó su cargo de médico de la Embajada británica para expedir informes falsos, convenciendo a los carceleros de liberar a los rehenes para evitar contagios.
El asedio de la Gestapo obligó a Lalo a emigrar a Londres en 1942, recién casado con Moncha. Con la ayuda de su esposa, Lalo continuó su labor humanitaria hasta el final de la guerra, cuando el matrimonio regresó a España.
Él jamás volvió a hablar de sus hazañas, y ella solía regatear las preguntas con evasivas. Patricia ha reconstruido su relato a partir de esos testimonios fragmentados, de sus propios recuerdos y de los documentos secretos que la Inteligencia británica desclasificó en 2005, poco después de la muerte de Moncha.
Años de intriga e investigación han desembocado en una novela fascinante, donde la emoción y el peligro barnizan cada párrafo. Patricia Martínez de Vicente ha tardado 20 años en desvelar el secreto de sus padres, pero por fin ha encontrado respuestas. "¿Que por qué lo hicieron?" Guarda unos segundos de silencio, no tanto para reflexionar como para llenar de orgullosa luz su mirada. Y por fin, con una sonrisa cómplice, sentencia: "Por amor a la vida".Fuente:elmundo.es
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