Aunque todavía no es muy conocido en España, Emanuel Ottolenghi, sí ha ganado un serio prestigio en Europa como analista en todo lo relativo a Oriente medio. Su libro "Under a mushroom cloud" es uno de los mejores libros publicados sobre el desafío nuclear iraní y sus consecuencias para Occidente.
Este profesor italiano es actualmente director del Transatlantic Institute, con sede en Bruselas; y miembro de la Foundation for Defense of Democracies, además de impartir clases en el Centro de Estudios Hebreos y de Israel, y en el Centro de Oriente Medio del Saint Antony Collegue de la Universidad de Oxford. Sus artículos aparecen en algunas publicaciones tan relevantes como The Guardian, The Australian, The Daily Mirror, The Daily Star, o el Wall Street Journal Europe.
Hablamos con él poco tiempo después del incidente de la flotilla "solidaria" de Gaza, una tragedia sobre la que gira buena parte de la conversación, en la que Ottolenghi nos hace una lectura más profunda y compleja de la habitual, con especial atención al papel que Turquía ha jugado en la crisis. Y también tratamos, como no, de algo más relacionado con este incidente de lo que padece: la ambiciones de Irán y su carrera en pos de dotarse de armamento nuclear.
La sobrereacción frente a Israel
La entrevista empieza, no obstante, analizando la reacción internacional ante el incidente de la flotilla, que para Ottolenghi ha sido en primer lugar "desproporcionada respecto a lo que realmente ha ocurrido", y además "muy poco útil para nuestra estrategia que es, sin duda, favorecer que pueda haber un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes". En este sentido nuestro interlocutor es especialmente crítico con la actuación de la UE, "y en particular de algunos estados como España".
Ottolenghi argumenta su opinión: la reacción ha sido "desproporcionada y poco útil porque según los detalles de lo ocurrido fueron emergiendo en las horas y los días posteriores al incidente, quedó muy claro que esto no era un incidente en el que por un lado estuviesen implicados benévolos activistas flower power y por el otro malvados y temerarios militares".
Por otro lado, critica también que la UE no haya tenido en cuenta "el rol que Turquía ha jugado en la creación de esta crisis" ni que las duras condenas "hacen ahora más difícil que palestinos e israelíes retomen sus negociaciones".
El gran cambio turco
Ottolenghi llama la atención sobre el hecho de que muchos analistas achaquen al incidente del Mavi Marmara el rápido deterioro de las relaciones entre Turquía e Israel, hasta ahora aliados, "pero olvidan que este deterioro ha sido gradual y ha venido produciéndose en los últimos años".
Unos años "en los que Turquía está dejado de ser el país más occidentalizado del mundo islámico y un representante de occidente en ese ámbito, está dejando de comportarse como un aliado leal". Un cambio geoestratégico de gran importancia que "empezó en el 2002 con la llegada al poder del partido islamista".
También hay que tener en cuenta, según Ottolenghi, "que al orquestar y organizar este incidente el gobierno turco busca algunos objetivos en su política interior y que tienen muy poco que ver con el conflicto árabe – israelí".
Por último, nuestro interlocutor recuerda que ha habido una "coincidencia" que no hay que olvidar: "El incidente estalló el mismo día que la OIEA lanzó el último informe sobre los programas nucleares sirio e iraní, que muestra que ambos están violando las normas internacionales y que sendos programas tienen sombras siniestras", así que el Mavi Marmara se llevó todos los titulares y nos apartó de la historia verdaderamente importante".
¿Da Turquía da la espalda a occidente?
Ottolenghi se muestra convencido de que los intereses estratégicos de la OTAN en el Mediterráneo y en Oriente Medio "quizá ya no coincidirán más con lo que Turquía considera sus propios intereses nacionales", un cambio que "es importante tratar de explicar y comprender".
Los políticos turcos argumentan que ellos "persiguen lo que llaman una política exterior de cero problemas", es decir, no tener ningún conflicto y buenas relaciones con todos los actores regionales y, por tanto, "poder servir como un mediador en conflictos".
Para esto tienen que llevarse bien también con países como Siria, una política "que han venido manteniendo desde hace unos años". Sobre el papel "está bien, debería funcionar, pero si eres un miembro de la OTAN y ésta asume como posición que el programa nuclear de Irán puede convertirse en un reto estratégico...", dicho más claramente: "No puedes ser el mejor amigo de Irán al mismo tiempo que perteneces a una alianza que cree que Irán es un peligro potencial".
Nuestro interlocutor señala en este punto una importante contradicción: "En Europa seguimos viendo a Turquía como un estado musulmán laico, que ha sacado su tradición y sus creencias de la esfera de lo público, con sus líderes, ya sean civiles o políticos, con una educación occidental; pero esa Turquía ya no existe. El centro de gravedad del país se ha movido desde la laica y cosmopolita Estambul, que miraba a Occidente, a una Anatolia tradicional y rural, que mira mucho más al Este que al Oeste".
Y argumenta su punto de vista: "El cambio es más profundo que tener a uno u otro partido en el poder", es un cambio basado en la expansión del islamismo en todos los órdenes y que se puede veren que "cada vez hay más islamistas en los más diversos ambientes: en el sistema educativo en universidades y escuelas, en las instituciones económicas... incluso en el propio ejército, que ya no es lo que solía ser, pese a que sigue siendo mayoritariamente laico".
Además, nos recuerda que el incidente de la flotilla ha logrado arrinconar "todavía más" al ejército turco, que ha sido y es uno de los grandes defensores de la alianza estratégica con Israel que ahora podemos dar por rota.
Todas estas relaciones ponen al gobierno turco, según Ottolenghi, "en el mismo lado que los países más islamistas de la región", algo que en Europa debe preocuparnos porque, mientras tanto, Turquía sigue siendo candidato a entrar en la Unión Europea. La pregunta es inevitable: "¿Realmente queremos un socio así?"
Irán y la bomba
El programa nuclear iraní es una de las grandes preocupaciones de Ottolenghi y el objeto de su libro "Under a mushroom cloud", así que no podemos dejar de aprovechar la ocasión de hablar de tema. Las consecuencias de que Irán tenga éxito en su búsqueda de armas nucleares son muchas y ninguna positiva, por ejemplo "pondrá fin a la política de no proliferación, que es un pilar básico del actual política internacional".
Y es que podemos estar seguros de que en tal caso "habrá una carrera nuclear en la región que la desestabilizará profundamente", y como bien nos recuerda Ottolenghi "estamos hablando de una zona que es vital para todo el planeta porque tiene las mayores reservas de energía conocidas".
Para nuestro interlocutor no hay duda de que si Irán logra tener la bomba "su política exterior y sus ambiciones de dominar la región desestabilizarán a los regímenes moderados de la zona y dará un empujón enorme en la promoción y extensión del Islam más radical, dentro y fuera de la región". Además, que países como Irán obtengan la tecnología nuclear "siempre ha servido para que otros similares la obtuviesen, es decir, la cosa no parará ahí sino que servirá que sus aliados y amigos la adquieran también, por ejemplo, en el caso de Venezuela" que como todos sabemos tiene una fuerte alianza con Irán, "de hecho ya hay rumores de que científicos iraníes están viajando allí", nos dice Ottolenghi.
Así que "no estamos ante algo que sólo deba preocupar a países de Oriente Medio, es un problema internacional y por eso la UE, a pesar de que muchos de sus miembros tienen fuertes relaciones económicas con Irán, debe ser consciente del reto que esto supone, y que quizá deba hacer importantes sacrificios económicos para evitarlo".
¿Pueden llegar Irán a usar la bomba?
La importancia de que Irán tenga un arsenal de armas nucleares es vital, aunque no llegase a usarla: "Incluso si crees que Irán va a ser un jugador racional, debemos tener en cuenta las lecciones de la historia y la comparación que debemos considerar es lo que supuso la URSS: durante la Guerra Fría las armas nucleares nunca se usaron, pero la verdad es que las grandes potencias estuvieron a punto de hacerlo al menos una o dos veces, es decir, que el riesgo está ahí".
Y es que "aunque las armas se mantuvieron en sus silos, la estrategia de destrucción mutua asegurada significó que, bajo el nivel del intercambio nuclear, los conflictos proliferaron como una forma de las grandes potencias de enfrentarse indirectamente", nos dice Ottolenghi, que además nos recuerda "que la Guerra Fría aseguró una paz frágil en Europa, pero el coste fue sacrificar Europa del Este por 45 años".
Por esto, aunque "quizá Irán no usará sus armas nucleares para volar a sus enemigos sí que las usará como un instrumento para proyectar su poder, y le permitirán actuar con total impunidad, todavía más que hoy en día". Dicho de otra forma: "Si te gusta la forma en la que Hamas o Hezbolá se comportan hoy en día, cuando Irán tenga armas nucleares te encantará: será 10 o 100 veces peor porque el cálculo estratégico de los enemigos de Irán cambiará, tendrán que ser más cuidadosos y, por tanto, Irán será más agresivo". Un panorama delicioso, sin duda.
Por si esto no fuese suficientemente aterrador, Ottolenghi nos recuerda que "Irán ha visto como se le han puesto líneas rojas y ultimátum y, cada vez que las ha traspasado o roto, las consecuencias han sido insignificantes, así que cuando tengan las armas nucleares la credibilidad de nuestras amenazas será cero, y eso les envalentonará todavía más".
Este convencimiento de los iraníes de que Occidente no va a poner "su sangre y su esfuerzo" para contenerles hace que "aunque no lleguen a lanzar la bomba el potencial de tensión es inmenso, quizás más alto que durante la Guerra Fría".
La actitud de la UE
Ottolenghi nos explica que para la UE hay dos escenarios posibles que son vistos como realmente malos por Europa: "Que Irán logre tener la bomba o que alguien lance un ataque militar para evitarlo". En su opinión, si la UE cree que ambos son igual de preocupantes, "debe esforzarse en presionar al régimen y, quizá, persuadirlo de que cambie de objetivos".
Pero lo más importante para él es que "después de lo que ocurrió el año pasado tras las elecciones y la represión, debemos mirar las pueblo de Irán como un aliado real en esta crisis, porque al final, lo más preocupante de todo esto es la naturaleza del régimen y su ideología y, por tanto, sus objetivos". Es decir, que "si se da un cambio de régimen en Irán que cambia las prioridades nacionales y quiere ser un actor normal en las relaciones internacionales, probablemente quieran tener un programa nuclear, pero serán abiertos y transparentes respecto a él".
Así que la estrategia europea "debe tener dos vías, por un lado presionar al régimen con las sanciones y por otro ayudar al pueblo de Irán a conseguir su objetivo de una transición pacífica".
Los medios e Israel
Tras lo ocurrido con el Mavi Marmara no podemos terminar nuestra conversación sin tratar el papel de los medios a la hora de informar sobre Israel. Ottolenghi nos advierte de que "cada país es diferente" y eso "no permite hacer grandes generalizaciones", pero "sí hay una tendencia dominante que muestra a los palestinos como víctimas y que las víctimas no hacen nada malo, así que Israel tiene la culpa de todo". Un punto de vista "muy simplista" que "no refleja en absoluto la realidad".
A este respecto cita el incidente de la flotilla como "el clásico ejemplo de una reacción que está más dictada por el instinto y las emociones que por un análisis imparcial y serio".
Y, como recuerda nuestro interlocutor, "si un medio o un periodista nos cuentan tan mal y de una forma tan sesgada lo que ocurre en un escenario tan importante como Oriente Medio... ¿cómo podemos confiar en que nos cuente mejor otros temas, sean los que sean?".
Afortunadamente, sonríe Ottolenghi, "el espacio para que los medios independientes puedan enfrentarse a esta situación es mucho mayor ahora, gracias a internet, de lo que era hace 15 o 20 años, así que hay esperanzas".
No podemos estar más de acuerdo.
Fuente:libertaddigital.com
Hablamos con él poco tiempo después del incidente de la flotilla "solidaria" de Gaza, una tragedia sobre la que gira buena parte de la conversación, en la que Ottolenghi nos hace una lectura más profunda y compleja de la habitual, con especial atención al papel que Turquía ha jugado en la crisis. Y también tratamos, como no, de algo más relacionado con este incidente de lo que padece: la ambiciones de Irán y su carrera en pos de dotarse de armamento nuclear.
La sobrereacción frente a Israel
La entrevista empieza, no obstante, analizando la reacción internacional ante el incidente de la flotilla, que para Ottolenghi ha sido en primer lugar "desproporcionada respecto a lo que realmente ha ocurrido", y además "muy poco útil para nuestra estrategia que es, sin duda, favorecer que pueda haber un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes". En este sentido nuestro interlocutor es especialmente crítico con la actuación de la UE, "y en particular de algunos estados como España".
Ottolenghi argumenta su opinión: la reacción ha sido "desproporcionada y poco útil porque según los detalles de lo ocurrido fueron emergiendo en las horas y los días posteriores al incidente, quedó muy claro que esto no era un incidente en el que por un lado estuviesen implicados benévolos activistas flower power y por el otro malvados y temerarios militares".
Por otro lado, critica también que la UE no haya tenido en cuenta "el rol que Turquía ha jugado en la creación de esta crisis" ni que las duras condenas "hacen ahora más difícil que palestinos e israelíes retomen sus negociaciones".
El gran cambio turco
Ottolenghi llama la atención sobre el hecho de que muchos analistas achaquen al incidente del Mavi Marmara el rápido deterioro de las relaciones entre Turquía e Israel, hasta ahora aliados, "pero olvidan que este deterioro ha sido gradual y ha venido produciéndose en los últimos años".
Unos años "en los que Turquía está dejado de ser el país más occidentalizado del mundo islámico y un representante de occidente en ese ámbito, está dejando de comportarse como un aliado leal". Un cambio geoestratégico de gran importancia que "empezó en el 2002 con la llegada al poder del partido islamista".
También hay que tener en cuenta, según Ottolenghi, "que al orquestar y organizar este incidente el gobierno turco busca algunos objetivos en su política interior y que tienen muy poco que ver con el conflicto árabe – israelí".
Por último, nuestro interlocutor recuerda que ha habido una "coincidencia" que no hay que olvidar: "El incidente estalló el mismo día que la OIEA lanzó el último informe sobre los programas nucleares sirio e iraní, que muestra que ambos están violando las normas internacionales y que sendos programas tienen sombras siniestras", así que el Mavi Marmara se llevó todos los titulares y nos apartó de la historia verdaderamente importante".
¿Da Turquía da la espalda a occidente?
Ottolenghi se muestra convencido de que los intereses estratégicos de la OTAN en el Mediterráneo y en Oriente Medio "quizá ya no coincidirán más con lo que Turquía considera sus propios intereses nacionales", un cambio que "es importante tratar de explicar y comprender".
Los políticos turcos argumentan que ellos "persiguen lo que llaman una política exterior de cero problemas", es decir, no tener ningún conflicto y buenas relaciones con todos los actores regionales y, por tanto, "poder servir como un mediador en conflictos".
Para esto tienen que llevarse bien también con países como Siria, una política "que han venido manteniendo desde hace unos años". Sobre el papel "está bien, debería funcionar, pero si eres un miembro de la OTAN y ésta asume como posición que el programa nuclear de Irán puede convertirse en un reto estratégico...", dicho más claramente: "No puedes ser el mejor amigo de Irán al mismo tiempo que perteneces a una alianza que cree que Irán es un peligro potencial".
Nuestro interlocutor señala en este punto una importante contradicción: "En Europa seguimos viendo a Turquía como un estado musulmán laico, que ha sacado su tradición y sus creencias de la esfera de lo público, con sus líderes, ya sean civiles o políticos, con una educación occidental; pero esa Turquía ya no existe. El centro de gravedad del país se ha movido desde la laica y cosmopolita Estambul, que miraba a Occidente, a una Anatolia tradicional y rural, que mira mucho más al Este que al Oeste".
Y argumenta su punto de vista: "El cambio es más profundo que tener a uno u otro partido en el poder", es un cambio basado en la expansión del islamismo en todos los órdenes y que se puede veren que "cada vez hay más islamistas en los más diversos ambientes: en el sistema educativo en universidades y escuelas, en las instituciones económicas... incluso en el propio ejército, que ya no es lo que solía ser, pese a que sigue siendo mayoritariamente laico".
Además, nos recuerda que el incidente de la flotilla ha logrado arrinconar "todavía más" al ejército turco, que ha sido y es uno de los grandes defensores de la alianza estratégica con Israel que ahora podemos dar por rota.
Todas estas relaciones ponen al gobierno turco, según Ottolenghi, "en el mismo lado que los países más islamistas de la región", algo que en Europa debe preocuparnos porque, mientras tanto, Turquía sigue siendo candidato a entrar en la Unión Europea. La pregunta es inevitable: "¿Realmente queremos un socio así?"
Irán y la bomba
El programa nuclear iraní es una de las grandes preocupaciones de Ottolenghi y el objeto de su libro "Under a mushroom cloud", así que no podemos dejar de aprovechar la ocasión de hablar de tema. Las consecuencias de que Irán tenga éxito en su búsqueda de armas nucleares son muchas y ninguna positiva, por ejemplo "pondrá fin a la política de no proliferación, que es un pilar básico del actual política internacional".
Y es que podemos estar seguros de que en tal caso "habrá una carrera nuclear en la región que la desestabilizará profundamente", y como bien nos recuerda Ottolenghi "estamos hablando de una zona que es vital para todo el planeta porque tiene las mayores reservas de energía conocidas".
Para nuestro interlocutor no hay duda de que si Irán logra tener la bomba "su política exterior y sus ambiciones de dominar la región desestabilizarán a los regímenes moderados de la zona y dará un empujón enorme en la promoción y extensión del Islam más radical, dentro y fuera de la región". Además, que países como Irán obtengan la tecnología nuclear "siempre ha servido para que otros similares la obtuviesen, es decir, la cosa no parará ahí sino que servirá que sus aliados y amigos la adquieran también, por ejemplo, en el caso de Venezuela" que como todos sabemos tiene una fuerte alianza con Irán, "de hecho ya hay rumores de que científicos iraníes están viajando allí", nos dice Ottolenghi.
Así que "no estamos ante algo que sólo deba preocupar a países de Oriente Medio, es un problema internacional y por eso la UE, a pesar de que muchos de sus miembros tienen fuertes relaciones económicas con Irán, debe ser consciente del reto que esto supone, y que quizá deba hacer importantes sacrificios económicos para evitarlo".
¿Pueden llegar Irán a usar la bomba?
La importancia de que Irán tenga un arsenal de armas nucleares es vital, aunque no llegase a usarla: "Incluso si crees que Irán va a ser un jugador racional, debemos tener en cuenta las lecciones de la historia y la comparación que debemos considerar es lo que supuso la URSS: durante la Guerra Fría las armas nucleares nunca se usaron, pero la verdad es que las grandes potencias estuvieron a punto de hacerlo al menos una o dos veces, es decir, que el riesgo está ahí".
Y es que "aunque las armas se mantuvieron en sus silos, la estrategia de destrucción mutua asegurada significó que, bajo el nivel del intercambio nuclear, los conflictos proliferaron como una forma de las grandes potencias de enfrentarse indirectamente", nos dice Ottolenghi, que además nos recuerda "que la Guerra Fría aseguró una paz frágil en Europa, pero el coste fue sacrificar Europa del Este por 45 años".
Por esto, aunque "quizá Irán no usará sus armas nucleares para volar a sus enemigos sí que las usará como un instrumento para proyectar su poder, y le permitirán actuar con total impunidad, todavía más que hoy en día". Dicho de otra forma: "Si te gusta la forma en la que Hamas o Hezbolá se comportan hoy en día, cuando Irán tenga armas nucleares te encantará: será 10 o 100 veces peor porque el cálculo estratégico de los enemigos de Irán cambiará, tendrán que ser más cuidadosos y, por tanto, Irán será más agresivo". Un panorama delicioso, sin duda.
Por si esto no fuese suficientemente aterrador, Ottolenghi nos recuerda que "Irán ha visto como se le han puesto líneas rojas y ultimátum y, cada vez que las ha traspasado o roto, las consecuencias han sido insignificantes, así que cuando tengan las armas nucleares la credibilidad de nuestras amenazas será cero, y eso les envalentonará todavía más".
Este convencimiento de los iraníes de que Occidente no va a poner "su sangre y su esfuerzo" para contenerles hace que "aunque no lleguen a lanzar la bomba el potencial de tensión es inmenso, quizás más alto que durante la Guerra Fría".
La actitud de la UE
Ottolenghi nos explica que para la UE hay dos escenarios posibles que son vistos como realmente malos por Europa: "Que Irán logre tener la bomba o que alguien lance un ataque militar para evitarlo". En su opinión, si la UE cree que ambos son igual de preocupantes, "debe esforzarse en presionar al régimen y, quizá, persuadirlo de que cambie de objetivos".
Pero lo más importante para él es que "después de lo que ocurrió el año pasado tras las elecciones y la represión, debemos mirar las pueblo de Irán como un aliado real en esta crisis, porque al final, lo más preocupante de todo esto es la naturaleza del régimen y su ideología y, por tanto, sus objetivos". Es decir, que "si se da un cambio de régimen en Irán que cambia las prioridades nacionales y quiere ser un actor normal en las relaciones internacionales, probablemente quieran tener un programa nuclear, pero serán abiertos y transparentes respecto a él".
Así que la estrategia europea "debe tener dos vías, por un lado presionar al régimen con las sanciones y por otro ayudar al pueblo de Irán a conseguir su objetivo de una transición pacífica".
Los medios e Israel
Tras lo ocurrido con el Mavi Marmara no podemos terminar nuestra conversación sin tratar el papel de los medios a la hora de informar sobre Israel. Ottolenghi nos advierte de que "cada país es diferente" y eso "no permite hacer grandes generalizaciones", pero "sí hay una tendencia dominante que muestra a los palestinos como víctimas y que las víctimas no hacen nada malo, así que Israel tiene la culpa de todo". Un punto de vista "muy simplista" que "no refleja en absoluto la realidad".
A este respecto cita el incidente de la flotilla como "el clásico ejemplo de una reacción que está más dictada por el instinto y las emociones que por un análisis imparcial y serio".
Y, como recuerda nuestro interlocutor, "si un medio o un periodista nos cuentan tan mal y de una forma tan sesgada lo que ocurre en un escenario tan importante como Oriente Medio... ¿cómo podemos confiar en que nos cuente mejor otros temas, sean los que sean?".
Afortunadamente, sonríe Ottolenghi, "el espacio para que los medios independientes puedan enfrentarse a esta situación es mucho mayor ahora, gracias a internet, de lo que era hace 15 o 20 años, así que hay esperanzas".
No podemos estar más de acuerdo.
Fuente:libertaddigital.com
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