Para ser pacifistas y miembros de una ONG denominada Cultura, Paz y Solidaridad, sorprende el ardor guerrero del pelotón español destacado en la famosa flotilla pro-palestina.
A su llegada a España, perdón a Barcelona, los miembros de nuestro aguerrido destacamento han advertido a Israel de que los turcos están preparando medidas "más energéticas" (sic) contra el Estado sionista, sin que sepamos hasta el momento si se refieren a que Estambul va a organizar un botellón masivo de "energy drinks" o a comenzar una guerra con misiles nucleares, que puestos a energizar parece una respuesta mucho más contundente que coger un cebollón de Red Bull con whisky de garrafa, esto último a espaldas de los guardianes islámicos.
Si lo que querían era llevar personalmente ayuda humanitaria a la población de Gaza no se entiende que llegaran al aeropuerto del Prat haciendo la señal de la victoria, porque fueron detenidos antes de lograr su objetivo. Tal exhibición de complacencia sólo puede provenir de la satisfacción del deber cumplido, así que parece evidente que el fin perseguido por los tripulantes era el que hemos visto, levantar otra campaña contra Israel por cumplir con su deber de proteger su soberanía territorial y la seguridad de su pueblo.
Mezclados con islamistas deseosos de inmolarse según sus propias manifestaciones, los tres españoles han tenido la fortuna de no haber recibido ni un rasguño, Allah sea loado. La principal tortura padecida ha consistido en pasar varias horas sin conexión a internet, crueldad intolerable por parte de los judíos, que de esa manera impidieron a nuestros tres héroes twittear en tiempo real sus aventuras en los calabozos sionistas, con la oleada de adhesiones y admiración que el fenómeno hubiera provocado en las redes sociales.
Pero no todo ha sido una pérdida de tiempo. Después de su hazaña, es probable que Laura, Manuel y David sean requeridos en los más exquisitos foros progresistas para explicar su aventura e impartir lecciones de geopolítica y derechos humanos. A quinientos pavos la conferencia, dietas aparte, igual en un par de años fletan su propio barco.Fuente:libertaddigital.com
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